El argayo o desprendimiento de tierras ocurrido a mediados de abril en la senda del río Cares ha dejado incomunicada esta vía peatonal entre Caín (León) y Poncebos (Cabrales), en pleno Parque Natural de los Picos de Europa. El sendero de la Garganta del Cares está considerado como uno de los más conocidos e interesantes de toda la geografía nacional. Por ello, nuestra curiosidad por conocer la magnitud de lo ocurrido nos llevó a viajar hasta Asturias a finales del mismo mes de abril. Y así, el día 24, inciamos la subida desde Cangas de Onís hasta Caín, para recorrer a pie el tramo del sendero que discurre desde esta localidad hasta el punto del desprendimiento (5-6 kms).
La carretera, en permanente subida, nos lleva hasta el Puerto de El Pontón (1280 m.), donde encontramos aún un paisaje plenamente invernal. La temperatura exterior es de 1º y caen sobre el cristal de nuestro coche pequeñas partículas de nieve.
No obstante, una vez que bajamos hasta Caín, tenemos la suerte de que el día abre y la temperatura comienza a ascender hasta alcanzar a mediodía un ambiente verdaderamente primaveral. En esta jornada laborable no hay turistas, por lo que disponemos del privilegio (impensable en temporadas altas) de disfrutar de la soledad de la montaña y de la senda del Cares, en la que encontramos solo a cuatro personas durante todo el recorrido.
Nos adentramos en la garganta siguiendo el curso del río. De la espectacularidad y belleza de este sendero son buena muestra las siguientes imágenes:
Cruzamos el puente de Los Rebecos y el puente Bolín, que van alternando el sendero a una y otra orilla del Cares. La garganta se va haciendo cada vez más profunda y el camino cada vez queda más alto sobre el río, del que en ocasiones solo acertamos a oir el ruido de sus aguas.
Finalmente llegamos al lugar del desprendimiento, que hace imposible continuar la ruta hasta Poncebos. El desprendimiento, ocurrido probablemente a causa de las lluvias de abril, ha afectado a un enorme bloque de roca conocido como «la Madama de la Huertona», y ha provocado, además de la completa destrucción de la senda en un tramo de unos 15 metros de longitud y de un túnel existente en la zona, la interrupción de la producción en la central eléctrica de Camarmeña.
Vista del desprendimiento desde el lado contrario (foto: Francisco Ballesteros, obtenida de la red):
Deshacemos el camino andado y volvemos a Caín para recoger el coche. Dejamos para otra jornada la etapa contraria, es decir, subir desde Poncebos hasta el desprendimiento; pero eso ya será otra historia...
¿Para cuándo la reparación del sendero?. Parece ser, según las autoridades competentes, que para antes del verano. Se estudian diferentes posibilidades, entre ellas, la instalación de una pasarela que tendría que transportar un helicóptero hasta el lugar del derrumbamiento. Se habla, incluso, de la construcción de un túnel de 40 metros. Entonces volverá de nuevo el aluvión de turistas, la romería de gente en el sendero, las voces, el fin de la tranquilidad, etc. Pero nosotros ya no estaremos allí para verlo.
